Hace cuatro años cuando compro esta casa, que había sido construida en 1960, estaba prácticamente en ruinas, ahora en cambio es una auténtica casa de lujo en la que relajarse y disfrutar de unos días de descanso.
Su principal objetivo era integrar la casa al jardín, y con una decoración donde predomina el color blanco y despejando las ventanas se consigue que la casa se vuelque hacia él y al mismo tiempo lo deja entrar en cada habitación, pasando a formar parte de esta.
Una sala de estar con paredes y techos en blanco absoluto, que dejan ver la gran belleza y calidez del suelo de madera.
Aunque la sala de estar, el comedor y la cocina se comunican perfectamente, tienen sus espacios bien delimitados y diferenciados.
La cocina y comedor están más unidos, permitiendo así que sea más cómodo a la hora de servir la comida o seguir estando con los invitados mientras se va a buscar el segundo plato o el postre. Y la sala de estar, aunque esta comunicada por el comedor, se encuentra un poca más apartada, dándole así más intimidad y alejándola del ruido de la cocina, para que sea un lugar perfecto para relajarse.
Las pinceladas de color las aportan las hojas de los arboles que se ven a través de las ventanas y los cojines, ropa de cama y cuadros.
El jardín es precioso, un autentico oasis, tranquilo, muy verde, con una piscina (inspirada en las termas romanas) y una cabaña tropical que por dentro es una sauna y en la parte de fuera tiene una zona de bar.
¿Qué os parece esta casa en los Hamptons?
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Gracias por esta ahí
fotos: AD
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